Guayangareo
Guayangareo fue el primer nombre del lugar en el que ahora
se ubica la ciudad de Morelia, Michoacán. Este nombre le fue dado por los
purépecha, quienes se asentaron en la zona lacustre de Pátzcuaro. En el valle
de Guayangareo aparecieron los primeros vestigios humanos hasta el siglo VII d.
C. y han sido relacionados con la cultura teotihuacana; fueron localizados en
las inmediaciones de la presa de Cointizio, así como también en la loma de
Santa María. El lugar fue despoblado poco después y ocupado nuevamente hasta el
establecimiento de los matlatzincas (segunda mitad del s. XV), quienes llegaron
con el consentimiento de los gobernantes purépechas por su apoyo para combatir
a los Tecos del actual territorio de Jalisco.
Cristóbal de Olid pasó por el lugar en 1522 cuando fue a
sostener una entrevista pacífica con el gobernante purépecha, siendo la primera
vez que pies europeos hollaban suelo guayangarense. Entre los años de 1525 y 1526, Gonzalo Gómez
tomó posesión de terrenos pertenecientes al valle de Guayangareo. Entre 1530 y
1531 los franciscanos Antonio de Lisboa y Juan de San Miguel llegaron al lugar
para construir una capilla dedicada a San Francisco de Asís y el primitivo
colegio de San Miguel Guayangareo, a fin de facilitar la evangelización de los
naturales del lugar. En 1537 la reina Juana de España (conocida como “La Loca”)
envío una real cédula para ordenar el establecimiento de una ciudad española en
Michoacán que debería llevar por nombre “Valladolid”. El virrey Antonio de
Mendoza conoció el valle de Guayangareo en 1540 y al año siguiente ordenó la
fundación de una ciudad en el lugar, siendo ésta fundada, el miércoles 18 de
mayo de 1541 a las 8 de la mañana por Alonso de Toledo, Juan de Alvarado, Juan
de Villaseñor y Luis de León Romano, bajo el nombre de "Ciudad de
Mechuacán" y no “Valladolid”, como había sido ordenado por al reina. Por
disputas con la ciudad de Pátzcuaro, que ser por entonces capital de la
provincia también ostentaba el título de “Ciudad de Mechoacán”, el nombre se
cambió a Valladolid (6 de febrero de 1545) y se le concedió el título de
ciudad. El escudo de armas le fue concedido en 1553. Entre 1575 y 1580 fueron
trasladados los poderes e instituciones gubernamentales de Pátzcuaro hacia
Valladolid, con lo que se aceleró su crecimiento durante el resto del período
colonial. También en la segunda mitad del siglo XVIII en esta ciudad nacieron o
vivieron algunas de las figuras más importantes de la Independencia de México
(Morelos, Josefa Ortiz de Domínguez, Iturbide e Hidalgo).
Mechoacan
La Relación siempre se refiere a Tzintzuntzan con el
nombre náhuatl Mechoacán o como Ciudad de Mechoacán [en 1534 se le confirió a
Tzintzuntzan el título de Ciudad e Mechoacán por cédula real pero ya desde
antes los españoles usaban ese nombre para referirse al lugar. Aunque para la
época en que se redactó la Relación la ciudad había sido trasladada a
Pátzcuaro, cuando su autor menciona la ciudad de Mechoacán siempre se refiere a
Tzintzuntzan].
La historia de Mechoacán, según los datos de la Relación,
se remonta a la época en que Pauacume y Vapeani eran señores en Vayameo, cuando
el sitio estaba ocupado por un grupo de gente que adoraba a la diosa Xaratanga
y cuyo señor era Tariyaran. En una ocasión, los sacerdotes de Xaratanga
borrachos se pusieron los atavíos de la diosa, por lo cual ésta se enojó, hizo
que les cayera mal el vino y escondió los peces que las hermanas de los
sacerdotes buscaban en el lago para quitarles la borrachera. Al no conseguir
peces, las mujeres llevaron una culebra y al comérsela los sacerdotes se
convirtieron en culebras, entraron al lago, las vieron los chichimecas que
estaban en Vayameo y, tanto éstos como los de Mechoacán, tomaron el hecho como
augurio y decidieron dejar sus respectivos pueblos. Mechoacán quedó abandonado
durante varios años hasta que Hiripan y Tangaxoan paulatinamente volvieron a
ocuparlo. Primero pusieron señales de guerra en un sitio llamado Quereta parazicuyo, en Mechoacán, y poco a poco fueron
estableciéndose allí pues había buenos árboles y muchos venados, conejos y
pájaros: "es lugar que convida para estar en él". Luego sembraron
maíz y frijoles y cuando los cosecharon llevaron las primicias a Pátzcuaro para
ofrecerlas a Curicaueri. Entonces Tariacuri decidió enviar a su hijo Hiquingaje
a vivir con sus sobrinos. Éstos hacían penitencia en una cueva llamada Patuquen
y allí recibieron a Hiquingaje. Pasado un tiempo, Tariacuri dio a sus sobrinos
una parte del dios Curicaueri para que le hicieran un altar y le llevaran leña.
Éstos no hicieron un altar sino que construyeron un templo, una casa de los
papas, una casa del águila y una troje para guardar los atavíos del dios.
Cuando Tariacuri se enteró, se enojó con ellos porque no tenían gente para
sacrificar en el templo e incluso intentó matarlos, pero después reconoció que
él era responsable de lo que habían hecho sus sobrinos e hizo un pacto con
Barapame, el señor de Pacandan, según el cual éste mandaría cien hombres (al
final sólo serán sesenta) a sembrar en la ribera del lago con el fin de que los
chichimecas los cautivaran para sacrificarlos en el templo nuevo de Mechuacan
(llamado Queretaro).
Los españoles, al mando de Cristóbal de Olid, entraron a
Mechuacan en 1522 después de que los tarascos se rindieron en Api, un lugar
cercano a la ciudad, y permanecieron allí durante cuatro meses. Antes de la
llegada de Olid ya habían estado otros españoles en Mechuacan quienes fueron
recibidos como dioses y quienes al regreso tomaron unas mujeres indígenas de
donde se derivó el nombre de tarascos con el cual los españoles designaron a
los habitantes de Michoacán. Otros dos españoles habían llegado a Mechuacan
también antes de Olid, quienes pidieron gente para conquistar Colima.
Valladolid
(6 de febrero de 1545) y se le concedió el título de ciudad. Se conservó el
nombre de Valladolid hasta 1824, cuando en el Congreso Mexicano le dio el
nombre de Morelia en honor a José María Morelos y Pavón. Su nombre viene del
Pur'epecha y significa "Loma larga y achatada".
El núcleo de los españoles avencindados en Michoacán,
solicitó a la corona española les cediera terrenos para fundar una ciudad; la
reina Juana, en cédula del 27 de octubre de 1537, se los concedió, y el virrey
Antonio de Mendoza, para cumplir lo ordenado por la soberana, eligió el valle
de Guayangareo como sitio ideal para formar esta nueva población, con el nombre
de Valladolid.
Se distribuyeron solares y el alarife Juan Ponce hizo el
trazo de la nueva entidad, a la que se trasldaron sesenta familias de
colonizadores, nueve frailes, y algunos indígenas; el 18 de mayo de 1541, en el
lugar donde hoy se ubica la plaza Valladolid, se levantó el acta de su
fundación.
Carlos I de España y V de Alemania, en el año 1545 otorgó
el título de ciudad a esta reciente población de La Nueva España, y en 1553, un
escudo de armas.
Las autoridades civiles de la provincia de Michoacán se
trasladaron de Pátzcuaro a la ciudad de Valladolid, en el año 1580; y allí, al
crearse las intendencias, se estableció la cabecera de territorio, en 1787.
El surgimiento sociocultural de esta ciudad fue muy
importante, no sólo dentro de la evolución de Michoacán, sino para el
desarrollo histórico del país.
La conquista de Michoacán fue realizada por Cristóbal de
Olid, en 1522 y continuada por Nuño de Guzmán en 1524. Durante los primeros
años de la conquista Michoacán formo parte del llamado Reino de México, que
abarcaba los actuales Estados de México, Querétaro, Hidalgo, Tlaxcala, Oaxaca,
Morelos, Guerrero, Veracruz, Tabasco, Michoacán, Guanajuato y parte de San Luis
Potosí, Jalisco y Colima. Fue repartido en encomiendas a los españoles que
participaron en su conquista. Las poblaciones más importantes se consideraron
Alcaldías Mayores. Al constituirse en provincia, abarcó parte de los límites
del imperio Tarasco.
Fue Tzintzuntzan la primera capital de la provincia hasta
el año de 1536, en que se erigió el Obispado de Michoacán, del que fue su
primer obispo Don Vasco de Quiroga. Este, trasladó la sede eclesiástica a la
ciudad de Pátzcuaro, la cual rivalizó por el título de Capital de Michoacán
primero con Tzintzuntzan y posteriormente con Valladolid, fundada por el Virrey
Don Antonio de Mendoza, en el año de 1541, en donde se estableció la sede provincial
y eclesiástica
después de la muerte de Vasco de Quiroga.
Durante este periodo de conquista, llegaron los
religiosos primero de la orden de San Francisco, después los Agustinos,
Carmelitas, Jesuitas y por último, los Mercedarios. Todos ellos se encargaron
de evangelizar a los nativos y establecieron sus conventos a lo largo de la
provincia. Destacan, Fray Juan de Moya, el apóstol de la Tierra Caliente; Fray
Martín de la Coruña; Fray Jacobo Daciano; Fray Alonso de la Veracruz , gran
sabio en su tiempo y también Rector del Colegio de San Pablo, en México, y
fundador, en el pueblo de Tiripetio, de la primera Universidad o Casa de
Estudios Mayores que hubo en el Continente Americano.
En 1776, la provincia se convirtió en Intendencia de
Valladolid, reduciendo su territorio al que hoy ocupan los estados de Colima y
Michoacán. Posteriormente, Colima se agregó a la Intendencia de Guadalajara,
quedando el territorio con una extensión semejante a la que ocupa actualmente.
Durante todo el período colonial, la economía estuvo
concentrada en manos de los españoles, quienes acapararon grandes extensiones
de tierras, dando origen a innumerables haciendas así como a la explotación de
los minerales en importantes poblaciones, como Tlalpujahua, Angangueo y
Huetamo.
Los Españoles, a través de diversos mecanismos legales
tales como las encomiendas, repartimientos y trabajos forzosos, explotaron la
fuerza de trabajo de los indígenas y de las diversas castas y esclavos, que se
generaron en el proceso de mestizaje y colonización.
La educación estuvo restringida fundamentalmente para los
españoles y sus descendientes directos y era manejada por el clero, el cual se
constituyó en una clase social poderosa. Destacaron los Colegios de San Nicolás
fundado en el siglo XVI, y el Seminario Tridentino de San Pedro y San Pablo, de
Valladolid, fundado en 1773, los cuales contribuyeron al desarrollo cultural,
en donde se prepararon los caudillos y dirigentes insurgentes que iniciaron el
movimiento por la independencia desde mediados del siglo XVIII, se
comienzan a dejar sentir las ideas de la ilustración, destacando: Francisco
Javier Clavijero, Benito Díaz de Gamarra, José Pérez Calama y posteriormente,
Miguel Hidalgo y Costilla, estudiante y rector del Colegio de San Nicolás. Fue
en la Ciudad de Valladolid donde se realizó la primera conspiración por la
independencia el 21 de diciembre de 1809, encabezada por García Obeso, Soto
Saldaña, Juan José de Lejarza, José Ma. Izazaga y Vicente Santa María.
Ya iniciada la lucha, por el Cura Hidalgo, se unieron al
movimiento los hermanos López Rayón, Ramón e Ignacio, quienes lucharon en el
oriente michoacano y Don José María Morelos y Pavón, Cura de Carácuaro, quien
lucho en tierra caliente, al sur del estado.
A la muerte de Hidalgo, la lucha se concentró en
Michoacán. Ignacio López Rayón estableció en Zitácuaro el 21 de Agosto de 1811
el Primer Congreso Nacional Gubernativo o Suprema Junta Nacional Americana. El
22 de octubre de 1814, se decreto en Apatzingán la “Primera Constitución o
Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana”. Ahí mismo, Don
José María Morelos dio lectura a los “Sentimientos de la Nación“, en donde
expresó el surgimiento de la Nación Mexicana, la supresión de las castas y se
plasman los objetivos y contenidos ideológicos del movimiento independentista,
que superó las aspiraciones de poder de los criollos para anteponer las del
pueblo mexicano. Días más tarde se instaló el Primer Tribunal de Justicia, en
Ario de Rosales.
Época de independencia
La Guerra de Independencia, culminó sin sus mejores
hombres. Valladolid fue tomada por Iturbide el 22 de mayo de 1821. La vida
independiente comenzó con la creación del Estado de Michoacán, al expedirse el
Acta Constitutiva de la Federación, el 31 de enero de 1824. Se instalo el
Congreso Local Constituyente, el 6 de abril del mismo año. En el artículo 5º.
de la Constitución Federal de 1824, Michoacán se incluyó como parte integrante
de la Federación, en calidad de estado.
El estado fue dividió en 4 departamentos y 22 partidos
por Ley Territorial de 1825, y el 19 de julio, contó con su primera
Constitución política. Fue su primer Gobernador el Sr. Antonio Castro. A
iniciativa del Congreso Local, se le cambio a la capital el nombre de
Valladolid, por el de Morelia, en honor al Generalísimo Don José María Morelos.
En diciembre de 1831, el IV Congreso Constitucional,
decretó una nueva Ley Territorial en la que se subdividieron los Partidos en 61
Municipios y 207 Tenencias.
El establecimiento del centralismo implicó la pérdida de
la autonomía y soberanía internas para la entidad, que pasó a formar uno de los
departamentos en que se dividió el territorio nacional. La Ley de 30 de
diciembre de 1836 que hizo esta división territorial dispuso, en su artículo
2º, que el territorio de Colima se agregara al Departamento de Michoacán.
El 22 de agosto de 1846, el General Mariano Salas
instauró nuevamente el federalismo en la república. Como consecuencia, el
Departamento de Michoacán recobró su calidad estatal aunque perdió el
territorio de Colima.
El 5 de septiembre del mismo año, Don Melchor Ocampo
ocupó interinamente el Gobierno del Estado. Al año siguiente fue nombrado
Gobernador Constitucional Electo de la entidad, reabriendo el Colegio de San
Nicolás, dotándolo de un edificio, además de imprimirle un carácter científico
y laico.
El 1849, Michoacán ratificó el Acuerdo del Congreso de la
Unión y cedió el municipio de Coyuca, para formar el Estado de Guerrero. En
1852, Don Melchor Ocampo es electo nuevamente gobernador del estado,
renunciando posteriormente. Le sustituyó Francisco Silva, el cual después de
varios pronunciamientos centralistas, disolvió el Congreso Local. Morelia fue
tomada por el conservador José de Ugarte, a quien se le nombró Comandante
General del Estado en 1853. A partir de esa fecha, el estado se consideró
Departamento y el grupo conservador se tomó violentamente al perder,
iniciándose una guerra intestina. Los libe
rales michoacanos se afiliaron al Plan de Ayutla, en 1854 y se
levantaron en armas. Destacaron por su participación: Gordiano Guzmán, González
Ureña, José Ma. Ramos, Santos Degollado, Epitacio Huerta, Manuel García
Pueblita y Don Melchor Ocampo, el cual fungió como ministro del gobierno
liberal. Al triunfo liberal, se instaló como gobernador a Gregorio Ceballos. El
13 de diciembre de 1856, se decretó una nueva división política en el Estado,
con seis departamentos: Morelia, Zamora, Púruandiro, Zitácuaro, Uruapan y
Tacámbaro. El doctor. Miguel Silva ejerció el cargo de Consejero Decano de
enero de 1856 a junio de 1857. El 29 de mayo de 1857, fue jurada la
Constitución, ante la oposición centralista y clerical, siendo electo
Gobernador Constitucional, el General Santos Degollado. Por disposición general
de la República, el municipio de Contepec, dejó de formar parte del estado de
Guanajuato y se incorporó a Michoacán.
Los poderes locales rechazarón el pronunciamiento de
Comonfort y permanecieron apegados a la Constitución. Michoacán destacó en
estas luchas por su apego al derecho, que emanaba de la defensa de la soberanía
estatal. Durante este período, se aplicaron las leyes de desamortización y
enajenación de los bienes eclesiásticos. el gobierno estuvo a cargo de Epitacio
Huerta, quien no sólo combatió directamente a los conservadores sino que
organizó el gobierno estatal. En mayo de 1861, fue abierta la sesión del XI
Congreso Constitucional el cual declaró a Epitacio Huerta, gobernador
constitucional. El 3 de junio de 1861, es asesinado Melchor Ocampo, por una
gavilla de centralistas. Ocampo, llevó a cabo hasta sus últimas consecuencias,
las reformas más radicales, y los conservadores, intentaron frenar el proceso
de la Revolución de 1854, dejándola sin uno de sus mejores hombres. El Congreso
Local declaró a Ocampo, Benemérito del Estado y a partir de esa fecha, lleva el
nombre de “Michoacán de Ocampo”.
Durante la intervención francesa de 1861, el gobierno
local se manifestó en contra de la invasión y declaró, en un manifiesto, que no
reconocería ningún acto que emanara del poder invasor, el cuál a través de las
armas, avanzaba en el país. El día 30 de noviembre de 1863, fue tomada la
ciudad de Morelia, por lo que se trasladó el gobierno a la ciudad de Uruapan,
estableciéndose ahí los poderes locales.
En Michoacán, destacaron por su participación en la
defensa de la soberanía nacional, el General Régules, Manuel García Pueblita,
Vicente Rivapalacio, entre otros. Las poblaciones fueron violentamente dañadas,
la de Zitácuaro por ejemplo, fue saqueada y quemada por los franceses. Entre
muy pocos triunfos y grandes derrotas, los ejércitos republicanos lograron
derrotar al enemigo, considerado en ese tiempo, el mejor ejército del mundo. El
5 de febrero de 1857, fueron derrotados los franceses en Zamora y días después
fue desalojada la ciudad de Morelia, restituyéndose su carácter de capital del Estado,
asimismo, se desconociero
n las disposiciones y cambios territoriales, impuestos por el
Imperio.
Con el pronunciamiento del Plan de Tuxtepec, Porfirio
Díaz llega al gobierno de la república, iniciando una dictadura militar.
En Michoacán, el General Díaz, impone a Don Mariano
Jiménez, el cual después de varios períodos, es sustituido por Aristeo Mercado,
quien gobernó en 1891 y se reeligió en los períodos de 1896, 1900, 1904 y 1908.
Para el año de 1907, nuevamente se reformó el territorio
de Michoacán. Por Bando Presidencial, pasaron a formar parte del estado de
Guerrero, los pueblos de Pungarabato y Zirándaro, quedando como límite natural
el Río Balsas.
Durante este período, se dio entrada de compañías y
capitales extranjeros, que explotaron de manera irracional los productos
naturales del estado y del país, principalmente materias primas de exportación,
tales como minerales y maderas. Además, hubo despojos de tierras a los
campesinos y se inició su concentración paulatina en manos de los hacendados.
Para el año de 1908, Aristeo Mercado se reeligió por
cuarta ocasión, por lo que un grupo de profesionistas liberales se organizó
para apoyar la candidatura del Doctor Miguel Silva González, para gobernador
del estado lo cual pudo llevarse a cabo en vísperas de las elecciones
presidenciales de 1911. El movimiento revolucionario en Michoacán, fue iniciado
el 10 de mayo de 1911, ante la proclama maderista por el entonces Subprefecto
de Santa Clara del Cobre, el Señor Salvador Escalante, quien por estas fechas
recorrió las poblaciones de Ario, Tacámbaro, Pátzcuaro y Morelia, sin encontrar
mucha resistencia. El gobernador Aristeo Mendoza renuncio el 13 de septiembre,
mientras Escalante se sumó a la candidatura de Miguel Silva , quien durante su
campaña tuvo varios enfrentamientos con el partido católico encabezado por José
Urgarte. Silva fue electo el 16 de septiembre de 1912, tomó posesión de su
cargo y se retiró con licencia en mayo de 1913.
La ofensiva revolucionaria después del asesinato de
Madero y Pino Suárez, estuvo bajo el mando del General Gertrudis Sánchez, quien
se constituyó en el primer gobernador revolucionario. Después de intensas
campañas por el territorio michoacano, contra los federales a cargo del General
Jesús Garza González, Sánchez entró a la ciudad de Morelia el 31
de julio de 1913 y asumió el cargo de gobernador hasta el
año de 1915. Durante su gobierno, se ocuparon muchas propiedades que habían
pertenecido al clero; se arreglaron los asuntos públicos en todos los ramos; y
se crearon las secretarías de educación administración de bienes intervenidos y
la de asuntos agrarios. Le sustituyó el General Elizondo, quien fue nombrado
por Obregón en 1915 y duró hasta 1917. Fundó la Escuela Normal para Profesores
y reformó las Leyes sobre educación. En su tiempo fueron electos los diputados
para el Congreso Constituyente (entre ellos Mújica y Romero Flores).
Sucedió en el gobierno a Elizondo, el General José
Rentería Luviano, quien entregó el gobierno a Pascual Ortiz Rubio, el cual tomó
el poder el 6 de agosto de 1917, hasta el año de 1920; dentro de su gobierno se
fundó la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Electo por votación popular, el 22 de diciembre de 1920,
Francisco J. Mújica no contó con el apoyo federal, por lo que el senado declaró
desaparecidos los poderes estatales, teniendo que retractarse, ante la
evidencia del apoyo popular con que contaba Mújica. Cuando Obregón fue
presidente, el conflicto se agravó más. Le reprochaban a Mújica que permitiera
manifestaciones populares en las que se criticara al ejército y la autorización
del periódico “El 123”, por ser de ideas socialistas. Mújica fue hostilizado y
obligado a renunciar al gobierno local e incluso fue desaforado por Obregón.
Durante su gobierno, las organizaciones obreras tuvieron también muchos
enfrentamientos y fueron combatidos por las organizaciones religiosas, hasta
llegar al asesinato en un acto público del joven líder obrero, Isaac Arriaga,
en 1921.
Después de la ocupación Huertista en el país, tomó el
mando en la entidad Enrique Ramírez quien enfrentó la guerra cristera que se
utilizó para frenar los repartos agrarios y la organización campesina. Los
hacendarios y el partido católico en Michoacán, habían desatado el movimiento
cristero desde 1926, al ser clausurados los Colegios Seminarios de Morelia y
Zamora.
En 1928, el 16 de septiembre, fue electo gobernador del
estado el General Lázaro Cárdenas, al cual le tocó apaciguar la guerra
cristera, canalizar la lucha agraria, tratar de desfanatizar la entidad
reorganizar el gobierno a través del fortalecimiento de los ayuntamientos,
repartir 400, 807 hectáreas a 24 mil ejidatarios y organizar la Confederación
Revolucionaria de los Trabajadores. Gobernó la entidad hasta el año de 1932.
Después de varias reformas, y durante el gobierno
constitucional del Lic. David Franco Rodríguez, el Congreso de Michoacán de
Ocampo reformó sustancialmente la constitución vigente, sancionada en la ciudad
de Morelia el 31 de enero de 1918. Las substanciales modificaciones fueron
firmadas por los Diputados Locales el 29 de diciembre de 1959. Con motivo de
estas reformas, la Constitución de Michoacán actualmente consta de 165
artículos, conserva los 10 artículos transitorios de la decretada en 1918, y se
divide en XI títulos.